"Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria" -Paulo Coelho
No hay persona en el mundo que le guste perder y a un atleta le gusta mucho menos. Es una naturaleza competitiva lo que los lleva a esforzarse en cada entrenamiento y en cada competencia pero no siempre se puede ganar y es parte del crecimiento, como humanos y como atletas, el perder. Una derrota no es más que una oportunidad de aprendizaje y reflexión en donde podemos conocer las áreas para mejorar en nuestro desempeño. Sin embargo es una situación usual el quedarse "estancado" en el momento y es este paso negativo el que determina los pasos futuros ya sea en la misma acción de competencia o en los siguientes encuentros. La cuestión se encuentra en tener claro que perder no es lo mismo que fracasar. El perder es una situación que se debe experimentar y no sobrellevar. El sobrellevarla sería arrastrarla y llevarlo con nosotros en todo momento y esto no se trata de sólo decir borrón y cuenta nueva pero de aprender de la situación.
Cuando la derrota se vive en equipo, no importa la modalidad del deporte porque siempre se pertenece a un equipo, es también el papel del entrenador de orientar la derrota de manera positiva al cumplimiento de los objetivos que se establecen. Son en estos momentos donde los lideres dentro del equipo mismo deben sobresalir y atender la situación de manera positiva. Dejar que una experiencia negativa afecte más de lo que debe desencadena en bloqueos mentales, subidas de estrés, subidas en las emociones negativas y por ende un bajón en el rendimiento.
Al final todo lo que he dicho puede tener sentido y sonar muy bonito pero decirlo es fácil y por muy conscientes que seamos al respecto es el ponerlo en acción lo importante. Así que por eso que planteo algunas cosas que se pueden hacer como deportistas ya sea de una disciplina en colectivo o individual.
1. La derrota no es lo mismo que fracaso.
Pensar que por alguna dificultad que se haya tenido define el éxito del proyecto por el cual se ha trabajado es el error más común y el primero que se debe evitar. Los líderes de los equipos deben reforzar esta idea. Una derrota es un obstáculo del cual se debe aprender y es una manera de conocer mejor al rival. Dense la oportunidad de identificar las cosas positivas que deja esta experiencia.
2. No buscar culpables
La rabia misma que produce el perder lleva a buscar el porque o el por quien de lo sucedido. Sobre todo en deportes de equipo, el buscar un culpable es crear una separación en el mismo equipo. Estas situaciones se tienden a dar en mayor escala justo después de un encuentro y es cuando menos se debe hacer por que no se tiene la cabeza fría para observar el panorama completo y poder decir las cosas con objetividad.
3. Analizar los errores
Aunque no se busque un culpable es claro que la derrota se ha dado por alguna razón y es aquí cuando el atleta debe de analizar su desempeño e identificar las acciones de su desempeño que llevaron a la perdida. Es así como identificamos en que se debe mejorar siendo algo técnico como un movimiento en el judo o algo físico como la resistencia en el fútbol o algo psicológico como la concentración en el voleibol.
4. A lo hecho pecho
Como dice esta frase, lo que se hizo ya esta hecho y no sirve nada revivir el momento y quedarse en él. Las emociones que causa una derrota se deben vivir pero no se deben sobrellevar y recalcarlas por esto lleva a que se deriven más emociones negativas. Por esto a lo hecho pecho y a seguir adelante. Que un momento bote el esfuerzo hecho hasta el momento, los éxitos conseguidos y los objetivos logrados valen más que una situación que es necesaria vivirla pero que no nos debe definir.
5. Confiar
Sencillamente, confiar. La derrota nos hace pensar en todos los aspectos negativos en como hemos fallado como individuo o equipo pero no pensamos que nuestros aspectos positivos son los mismos aspectos que nos tienen en donde estamos, que es por todo lo bueno que sabemos hacer y por el esfuerzo que se ha invertido en el objetivo el porque tenemos la oportunidad de perder.
Es mucho más fácil decir las cosas negativas que cada uno posee que decir las cosas positivas pero es en estos momentos donde hay que dejar de lado lo negativo y enumerar mis fortalezas, esto es respaldar la confianza que puede tener cada uno en si mismo.
Si mi objetivo es llegar a la cima no puedo dejar que un resbalón o un raspón me lo impida. Sobreponerse a una derrota no es fácil pero nada bueno y que valga la pena es fácil.
Les dejo las palabras sabias de un atleta en todo el sentido de la palabra, Michael Jordan
Cuando la derrota se vive en equipo, no importa la modalidad del deporte porque siempre se pertenece a un equipo, es también el papel del entrenador de orientar la derrota de manera positiva al cumplimiento de los objetivos que se establecen. Son en estos momentos donde los lideres dentro del equipo mismo deben sobresalir y atender la situación de manera positiva. Dejar que una experiencia negativa afecte más de lo que debe desencadena en bloqueos mentales, subidas de estrés, subidas en las emociones negativas y por ende un bajón en el rendimiento.
Al final todo lo que he dicho puede tener sentido y sonar muy bonito pero decirlo es fácil y por muy conscientes que seamos al respecto es el ponerlo en acción lo importante. Así que por eso que planteo algunas cosas que se pueden hacer como deportistas ya sea de una disciplina en colectivo o individual.
1. La derrota no es lo mismo que fracaso.
Pensar que por alguna dificultad que se haya tenido define el éxito del proyecto por el cual se ha trabajado es el error más común y el primero que se debe evitar. Los líderes de los equipos deben reforzar esta idea. Una derrota es un obstáculo del cual se debe aprender y es una manera de conocer mejor al rival. Dense la oportunidad de identificar las cosas positivas que deja esta experiencia.
2. No buscar culpables
La rabia misma que produce el perder lleva a buscar el porque o el por quien de lo sucedido. Sobre todo en deportes de equipo, el buscar un culpable es crear una separación en el mismo equipo. Estas situaciones se tienden a dar en mayor escala justo después de un encuentro y es cuando menos se debe hacer por que no se tiene la cabeza fría para observar el panorama completo y poder decir las cosas con objetividad.
3. Analizar los errores
Aunque no se busque un culpable es claro que la derrota se ha dado por alguna razón y es aquí cuando el atleta debe de analizar su desempeño e identificar las acciones de su desempeño que llevaron a la perdida. Es así como identificamos en que se debe mejorar siendo algo técnico como un movimiento en el judo o algo físico como la resistencia en el fútbol o algo psicológico como la concentración en el voleibol.
4. A lo hecho pecho
Como dice esta frase, lo que se hizo ya esta hecho y no sirve nada revivir el momento y quedarse en él. Las emociones que causa una derrota se deben vivir pero no se deben sobrellevar y recalcarlas por esto lleva a que se deriven más emociones negativas. Por esto a lo hecho pecho y a seguir adelante. Que un momento bote el esfuerzo hecho hasta el momento, los éxitos conseguidos y los objetivos logrados valen más que una situación que es necesaria vivirla pero que no nos debe definir.
5. Confiar
Sencillamente, confiar. La derrota nos hace pensar en todos los aspectos negativos en como hemos fallado como individuo o equipo pero no pensamos que nuestros aspectos positivos son los mismos aspectos que nos tienen en donde estamos, que es por todo lo bueno que sabemos hacer y por el esfuerzo que se ha invertido en el objetivo el porque tenemos la oportunidad de perder.
Es mucho más fácil decir las cosas negativas que cada uno posee que decir las cosas positivas pero es en estos momentos donde hay que dejar de lado lo negativo y enumerar mis fortalezas, esto es respaldar la confianza que puede tener cada uno en si mismo.
Si mi objetivo es llegar a la cima no puedo dejar que un resbalón o un raspón me lo impida. Sobreponerse a una derrota no es fácil pero nada bueno y que valga la pena es fácil.
Les dejo las palabras sabias de un atleta en todo el sentido de la palabra, Michael Jordan